Reseña de Siempre Hemos Vivido en el Castillo de Shirley Jackson

El segundo libro que leo de esta autora me ha parecido casi tan decepcionante como el primero (La Maldición de Hill House). Empiezo a pensar que no es un problema del libro, sino de mi actitud hacia él. Intentaré explicarme más en detalle en la reseña.

El asesinato de una familia, un anciano excéntrico, un crímen sin resolver, una enorme mansión, secretos del pasado... Suena a algo que me encantaría. Desgraciadamente no ha sido así. 

La mayoría de los miembros de la familia Blackwood aparecen envenenados tras una cena familiar. Los tres supervivientes, dos hermanas jóvenes y su tío incapacitado, viven aislados en la antigua mansión familiar, repudiados por los habitantes del pueblo. Un día, un misterioso visitante que asegura ser un familiar cercano, aparecerá por la mansión con el pretexto de ayudarles a salir adelante.

Siempre Hemos Vivido en el Castillo se vende como una novela gótica de misterio y terror, pero no es ni una novela gótica, ni es de misterio ni tiene terror. Si te estás preguntando qué es entonces, te lo diré: Es una novela psicológica y un estudio de la personalidad de los personajes. Sé que no puedes creértelo después de haber leído la sinopsis, pero eso es exactamente lo que es. Por qué lo venden de otra manera, no lo sé. Creo que esta mala definición de la novela es lo que ha hecho que me haya decepcionado bastante, porque no es un mal libro. 

En cuanto al tema de ser novela gótica, lo único es que unos personajes viven en una antigua casa señoral. Ahí termina lo que tiene este texto de novela gótica. En cuanto al misterio, si eres un poco avispado descubrirás muy rápido quién es el culpable de los asesinatos. Además, cuando finalmente te constatan la suposición, es anticlimático y te das cuenta de que la novela ni siquiera iba de eso. En cuanto al terror, no hay elementos inquietantes, supernaturales ni nada que pueda justificarse como de este género, excepto el asesinato de la familia, que ocurrió en el pasado y que no llegamos a verlo. 

Me gustó mucho el estilo de Shirley Jackson a la hora de escribir, su prosa tiene algo especial y está llena de sabor, de nuevo creo que es mucho mejor que en La Maldición de Hill House. A pesar de eso, abusa de la repetición algunas veces y el libro puede hacerse pesados. Es una novela muy cortita que se supone que debe ser intrigante pero la autora dedica capítulos enteros a la descripción de la rutina diaria de los personajes. 

No me identifiqué en absoluto con los personajes, que me resultaban bastante insoportables en general. No me importa que los personajes me caigan mal siempre y cuándo me parezcan atractivos, y me lo parecieron un poco. Pero a decir verdad tampoco estaba tan interesada en lo que les pudiera pasar. Sí que son interesantes desde un punto de vista psicológico (ese, como digo, es el objetivo del libro): las supersticiones, la enfermedad mental, las manías, los miedos... están desarrollados muy bien y constituyen el corazón del libro.

Me gustó mucho leer el postlogo de Joyce Carol Oates de mi edición, porque me aclaró algunas cosas y me permitió profundizar en los aspectos del libro como los amuletos y especialmente la importancia de la comida y la alimentación como fagocitación, en relación con la vida de la autora y sus propias fobias. Descubrí que el libro tenía más profundidad y complejidad de la que parecía, sin embargo no podía evitar pensar que a la autora se le había ocurrido un argumento estupendo y lo desaprovechó contando una historia sin nada de misterio. 

Si lo que he contado de que en el libro no pasa demasiado ni hay mucho misterio ni terror te ha sonado bien, entonces léelo porque estoy segura de que te gustará mucho. Si prefieres las historias que te atrapan y te dejan necesitando saber qué pasa al final, entonces no creo que sea para tí. 

Si te gustó, te gustará...:

• Terapia de Sebastian Fitzek: Este libro da mucha importancia a la dimensión psicológica, pero a diferencia de Siempre Hemos Vivido en el Castillo, es muy emocionante y no podrás dejar de leer. A pesar de todo, sí tiene algunos elementos parecidos, diría que es la misma idea primigenia pero mejor ejecutada. 
• La Campana de Cristal de Sylvia Plath: Si no te importan los libros que no tienen apenas acción, este clásico contemporáneo es perfecto. Gira en torno a la psicología de la protagonista y una serie de relaciones complicadas. 

Mi valoración: 3 / 5:

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