Llevaba tiempo queriendo leer Éramos mentirosos (o We Were Liars, como se llama en inglés) de E. Lockhart porque todo el mundo en las reseñas hablaba muy misteriosamente de él y no querían decir nada para no desvelar nada del final, que prometía ser muy sorprendente. Por fin me hice con él y lo he devorado. Si quieres saber qué me pareció, sigue leyendo.
Todos en la familia de Cady Sinclair son ricos, guapos y exitosos y todos los veranos los pasan en familia en una isla que pertenece a la familia junto a Gat, un chico de origen indio que es amigo de su primo. Todo es idílico y glamouroso hasta el verano en el que Cady sufre un accidente por el que no podrá ir al año siguiente a la isla. El verano después, Cady se da cuenta de que ocurrió algo en ese verano intermedio pero nadie quiere decirle qué pasó.
Como quizá sepas, no suelo leer muchas novelas juveniles, pero ésta me interesó mucho desde el primer momento en el que escuché hablar de ella y tenía muchas ganas de leerla. En cuánto la empecé, me gustó inmediatamente. El estilo con el que está escrito es muy original, fijándose en los detalles, lleno de recursos literarios y en mi opinión es muy creativo y con una imaginería que coincide con mis gustos.
Los personajes también me gustaron, creo que todos son distintos, complejos y redondos, a diferencia de en otras novelas juveniles en las que todos los protagonistas son muy parecidos, sólo añadiendo un par de características que diferencian a unos de otros. Aquí los personajes son profundamente distintos, casi opuestos se podría decir, y sus motivaciones también son muy variadas. Todos tienen fallos y la relación entre ellos me parece orgánica y natural.
La novela te mantiene en vilo tratando de descubrir el misterio, cuándo crees que te has dado cuenta de qué es lo que está pasando, entonces ocurre algo inesperado o la historia da otro giro. Los motivos por los que no quieren decirle a Cady nada de lo que ocurrió el verano anterior son realistas y la manera en la que la protagonista va desvelando el misterio está bien pensada y surge de manera natural. Te puedes leer la novela entera en un día fácilmente porque es adictiva.
Otra cosa que me gustó, es cómo la protagonista añade cuentos e historietas que se inventa y que son un reflejo de la realidad. Le dan un matiz distinto y rompen la línea argumental.
Hasta aquí todo perfecto. Pero mi problema con esta novela es precisamente el final, la solución del misterio. Sabes que nunca hago spoilers, así que no tienes nada que temer, pero todo lo que puedo decir es que es una solución que ya hemos leído otras veces y visto mil veces en películas y no está a la altura del resto del libro. Como el argumento se apoya tan fuertemente en ese misterio, gran parte del éxito del libro depende de si ese misterio funciona o no, y para mí no ha funcionado muy bien. A pesar de eso, he disfrutado mucho la lectura y creo que la literatura juvenil debería tender más hacia este tipo de libros, dónde lo intrigante y emocionante no compromete la calidad literaria.
Si te gustó, te gustará...:
- Las vírgenes suicidas de Jeffrey Eugenedes: Es verdad que no hay elemento de misterio en Las vírgenes... porque sabemos desde el principio (desde que leemos el título) lo que va a pasar, aunque también es interesante averiguar por qué y cómo. Pero creo que la manera de escribir, las imágenes visuales que crean ambos autores y el tono general es muy similar.
- The wasp factory de Iain Banks: Esta novela también tiene un giro argumental inesperado al final y también tiene un protagonista que sufrió un accidente en el pasado y eso es lo que mediatiza su forma de ser.
Mi valoración: 3,5/5
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